viernes, 27 de marzo de 2020

Liderar en tiempo de crisis

En estos tiempos agitados en los que quienes conservan su empleo lo hacen radicalmente diferente.
De trabajar en equipo, en contacto con personas, el confinamiento obliga actualmente a teletrabajar, aislados del contacto con personas y de forma alejada a las actualizaciones que pueda vivir la organización de forma personal, no hay un de tú a tú. Salvo por los comunicados digitales que mantienen las directrices de toda actuación.
En este escenario nunca antes se han visto los responsables de equipo o departamentos de coordinación. Ni tampoco sus integrantes.
Se hace necesario una doble vertiente de liderazgo: la que quienes tienen personas a su cargo hacia éstas y la de éstas hacia sí mismas.
¿Y si trabajas de forma independiente, que no perteneces a ninguna organización? Quédate con el segundo punto, aunque probablemente, ya te resultará muy familiar.


En primer lugar, se hace visible la madurez en cuanto a comunicación intrapersonal. ¿Sé exactamente cómo me siento?¿Soy capaz de comunicarme desde la calma o desde la incertidumbre y la desesperación? Sólo si me conozco podré pausar las emociones que no me beneficien y activar aquellas que necesito potenciar.
Segundo, después es hace necesario la comunicación con nuestro equipo. Utiliza el canal que os resulte más cómodo. Para ello, es interesante que sepas qué canal (además del oficial en la organización) le resulta más cómodo a cada una de las personas de tu equipo. Y esto es un trabajo previo. Aunque nunca es tarde.
¿Cómo están? ¿Cómo percibes la comunicación? Sentirse acompañados emocionalmente en estos momentos genera una seguridad que se traduce en productividad. No es el 100% pero ayuda mucho.
Tu rol como líder ha cambiado, es necesario que seas más realista que nunca, y que no te exijas lo que no puedes ni debes dar, ni te castigues si no llegas a donde querías.
Sin embargo, hay unas características comunes en materia de liderazgo que son comunes tanto a responsables como a integrantes.
Hay algunos aspectos que comparto de forma muy breve y resumida. Sea cual sea tu posición jerárquica en la empresa/organización, las líneas que siguen te aplican.

El liderazgo consiste en
mantener una fe inquebrantable en tu punto de vista y una confianza inamovible en tu poder
para provocar cambios positivos. Olvídate de lo que puedan decir los demás. Y recuerda lo
que escribió Albert Einstein: «Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta
oposición en las mentes mediocres». Haz tu trabajo tan bien como humanamente puedas. El
resto vendrá por sí mismo. Tropezar en el camino forma parte del juego. A
caminar se aprende a base de caídas. Para aprender a dirigir, primero hay que intentarlo.
Cada equivocación te acerca más al paso perfecto. Y si los demás no entienden qué estás
haciendo, ¿por qué dejar que te desanimen? Los grandes hombres erigen monumentos con
las piedras de las críticas que les arrojan. Y los críticos por lo general te critican solo
porque, de alguna manera, les importa. Cuando ya no dicen nada es porque has dejado de
importarles. Lo que debería de verdad preocuparte es que nadie te criticara.
levántate cada mañana y comprométete a
hacer cada cosa que hagas un poco mejor que el día anterior. Con la mente puesta en el
desarrollo y la innovación. La posibilidad de que tu presente sea mejor que tu pasado
depende de tu manera de pensar. Recuerda que si no tienes como objetivo la excelencia y la
innovación entusiasta, la mediocridad acabará atrapándote. Evita lo que yo llamo la
Infección de Mediocridad, esa sutil y peligrosa caída en la vulgaridad que va infectando tu
trabajo sin que te des cuenta. El crecimiento es algo progresivo e invisible, pero también lo
es el hábito de ser corriente y mediocre, como Tommy acaba de sugerir. De manera que
dedícate en cuerpo y alma a reinventar las cosas y mejorarlas constantemente. Sin
innovación, la vida es muerte. Y solo los valientes sobrevivirán en esta época.
(Libro El  líder que no tenía cargo) 

Así, todos somos nuestros propios líderes, responsables de conocernos, de decidir y de actuar.  Y recuerda que nada lleva al fracaso tanto como el éxito, porque cuanto más subes, más fácil
es dejar de esforzarte, dejar de desafiar el statu quo, más fácil es descentrarte.




viernes, 6 de marzo de 2020

Enamora a tu trabajador

El mundo está en constante cambio y en consecuencia el mundo del trabajo también. Independientemente del sector. 

E igualmente común a todos, es la búsqueda de la realización en nuestra vida profesional, disfrutar con aquello que hacemos, con los resultados que obtenemos, queremos sentirnos bien en nuestro entorno profesional.
Queremos dar sentido a nuestro trabajo, más allá de interpretarlo como una fuente de ingresos.
Sin embargo much@s presentan dificultades para alcanzar ese deseado bienestar, aún desempeñando "la profesión de su vida"

¿Entonces?
El foco está en la persona. Todas las personas vivimos situaciones que nos desestabilizan emocionalmente. ¿Quién nos enseña a conducirnos en estos casos?
Las empresas ya están incorporando y entendiendo como beneficios servicios para sus trabajadores tales como mindfullness, atención psicoemocional, coaching, dieta saludable, yoga...
Más allá de los conceptos de clima, cultura o liderazgo las organizaciones ya están poniendo el foco en el bienestar de la persona como fuente de beneficios y productividad.
Salud emocional es “Una sensación de bienestar que permite a una persona desenvolverse en la sociedad y satisfacer las demandas de la vida cotidiana. Las personas con buena salud emocional tienen capacidad para afrontar una enfermedad, un cambio o una pérdida"


La salud emocional se refiere al bienestar psicológico, emocional general: cómo nos sentimos con nosotros mismos, la calidad de nuestras relaciones y la capacidad para gestionar las propias emociones y afrontar las dificultades.
Ser emocionalmente saludable es mucho más que estar libre de la depresión, ansiedad u otros problemas psicológicos.

Podemos resumir que las personas emocionalmente sanas tienen las siguientes características:
• Sentimiento de satisfacción. • Entusiasmo por la vida, capacidad de reír y divertirse. • Capacidad de lidiar con el estrés y recuperarse de la adversidad. • Sentido de significado y propósito, tanto en sus actividades como en sus relaciones. • Flexibilidad para aprender cosas nuevas y adaptarse al cambio. • Equilibrio entre el trabajo y el ocio, el descanso y la actividad. • Capacidad de construir y mantener relaciones satisfactorias. • Confianza en sí mismo y una autoestima alta.

¿Y qué productividad tienen estos perfiles de personas? ¿Qué capacidad para resolver obstáculos pueden tener las personas emocionalmente sanas frente a las que sufren y se sienten en bucle negativo?
La respuesta es clara. Por eso las empresas ya invierten en su más preciado recurso: las personas. Y por eso trabajan para crear entornos de trabajo saludables, trabajando los planos de influencia.


¿Te interesa saber cómo puedes crear o impulsar en tu empresa planos de influencia saludables?

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Tus innegociables

¿Corres detrás de la felicidad? ¿Parece que la rozas pero se te escapa? Todas las personas tenemos unos mínimos innegociables que nos hacen ...