miércoles, 11 de enero de 2023

Biblioterapia


Cada obra, cada libro que leemos (al procesarlo, interiorizarlo y/o reflejarnos en él) nos deja un mensaje que nos hace pensar, reflexionar sobre el mundo, sobre nosotros mismos, con una actitud crítica permitiéndonos de esta forma crecer como personas, encontrarle sentido a nuestras vidas y tener una posición frente al mundo.
 
La lectura es un intercambio de experiencia. Quién escribe comparte su experiencia y quién lee/escucha, la procesa, se refleja en ella, ríe, llora, libera tensiones, presiones, ansiedad, soledad, imagina, sueña, etc., se identifica y luego se reconforta, logrando un equilibrio de su estado emocional. 

Mucho más enriquecedor para lectores u oyentes si se comparten las impresiones en un grupo. 

En la antigüedad tanto griegos como egipcios relacionaban los libros con la medicina y el alma. 
En Egipto las bibliotecas se localizaban en templos denominados "Casas de vida", los cuales eran considerados centros de conocimiento y espiritualidad. El faraón Rammsés II mandó hacer una inscripción para su biblioteca que rezaba  “Remedios para el alma”. 
Para los griegos las bibliotecas eran la medicina del alma, consideraban la lectura como una forma de tratamiento médico y espiritual al concebirlas como "medicina". 
También entre los romanos se asoció la lectura con el tratamiento médico, al recomendar la lectura y discusión de las obras de grandes oradores como recurso terapéutico en el desarrollo de la capacidad crítica de los lectores. 

Y de aquellos tiempos, a otros más próximos:

Benjamín Rusch fue el primer investigador norteamericano en recomendar la biblioterapia como forma de apoyo a la psicoterapia para personas con conflictos como depresión, miedos y fobias. 

A partir de la década de los 30 la biblioterapia se transformó en una ciencia gracias a Isabel Du Boir y Emma T. Foremam. 

Y hasta hoy. La biblioterapia es una terapia basada en la lectura dirigida. Esta lectura requiere de la acción de una persona experta intermediaria entre el lector y la lectura. Además la discusión en grupo que favorece la interacción entre las personas, llevándolas a expresar sus sentimientos, miedos, angustias y ansiedades. De esta manera, el ser humano ya no está aislado para resolver sus problemas, sino que intercambia con sus semejantes experiencias y valores. Se entiende como una catarsis (entendemos como tal la transformación interior suscitada por una experiencia vital profunda, que se basa en la identificación, la introyección, la proyección, la introspección, y el estado de ánimo). 

¿Pero qué es lo que le pasa al cerebro cuando leemos? ¿Cómo es posible que una lectura nos cambie? 
A leer nos transportamos, entramos de alguna manera en el libro. Y es entonces cuando algo sucede dentro de nosotros. La mejor manera de saber qué es es mediante pruebas de neuroimagen, de nuevo la ciencia nos da respuestas a evidencias, incluso a intuiciones. 

Veamos si soy capaz de explicarlo de forma muy sencilla: 
Al leer reproducimos mentalmente lo que las palabras evocan en el mundo real. Por ejemplo, palabras como jazmín, ajo, canela (palabras asociadas a olores) activan áreas cerebrales olfativas, las que se encargan de que seamos capaces de oler. Palabras como chupar, agarrar o pegar una patada activan respectivamente áreas de la corteza premotora relacionadas con la cara, brazos o piernas. 

[ Hagamos aquí un inciso. ¿Recuerdas cuando hablamos del poder de la visualización? (Dirigido por profesionales, sí) Si te das cuenta, lo que sucede cuando trabajamos con este método, es que activamos las zonas implicadas, las mismas, que si hacemos (de verdad) aquello que visualizamos. Pongamos el ejemplo de los deportistas profesionales, cuando además de todo el entrenamiento al que se someten, entrenan también su actitud. Entre otras, está el entrenamiento mediante visualización. Quienes trabajan y profundizan en este método, pueden lograr una ejecución motora más eficiente que quienes únicamente han trabajado desde el plano físico. Si quieres conocer más sobre estos estudios, puedes empezar por aquí📌 ]

Volvemos al punto en que lo dejamos: si al leer reproducimos lo que sería en la vida real, ¿podría de alguna manera la lectura entrenarnos para la vida? 

De alguna manera, la literatura (eso sí, la buena literatura) funcionaría como un simulador de la realidad: un campo de pruebas sin riesgo donde pueden darse y practicarse condiciones particulares y extremas a las que normalmente no accedemos o no accedemos con asiduidad. 

Si buceamos en el significado etimológico de biblioterapia, vemos que es una palabra que viene del griego,  y significa biblion = libros y therapeuein= cuidar, atender, aliviar, +sufijo ia= cualidad
Es decir que biblioterapia es la lectura de todo material bibliográfico con fines terapéuticos.
Una buena lectura puede ayudarnos a transformar nuestra realidad, a cambiar nuestra actitud frente a la vida. Y justamente a través del encuentro y del intercambio de experiencias y valores es que sanamos. 

Desde nuestra libertad podemos construir y reconstruir nuestra vida.

La biblioterapia (o quizá la lectura consciente) es una experiencia única para cada persona, y esta experiencia cambia según la situación en que se encuentre la persona porque no somos los mismos, ni actuamos de la misma manera frente a una misma situación. Un mismo libro puede causar efectos distintos en otra situación porque hemos cambiado, hemos vivido ciertas experiencias, somos distintos. Escuchar o leer una buena lectura produce placer o dolor, nos emociona, nos entretiene, desarrolla la creatividad y la imaginación. Nos abre la mente, nos abre el espíritu. Nos ayuda a conocer cosas nuevas, a compartir otras opiniones, nos ayuda a crecer, nos enseña a escuchar. 

Y dado que la lectura enriquece el espíritu y desarrolla la dimensión espiritual del ser humano, aquí📌 te dejo una guía propuesta de lecturas saludables, editada, presentada, organizada y estructurada por la Xunta de Galicia. Y como no podía ser de otra manera, la eBiblio de la Comunidad Valenciana📌. 
Que las disfrutes 😊











martes, 10 de enero de 2023

¿Qué es la vida?

La vida es ardua. La vida es lucha. La vida es caída, pero también es vuelo. Amarga, y dulce. La vida es como ir a la escuela: recibimos muchas lecciones que no siempre aprendemos ni siempre incorporamos. Aunque cuanto más aprendemos, más difíciles se ponen las lecciones...
Durante toda la vida se nos ofrecen pistas que nos recuerdan la dirección que debemos seguir (para cumplir con nuestra misión de vida). Si no prestamos atención, tomamos malas decisiones y acabamos con una vida quizá no desgraciada, pero sí relativamente infeliz. 
Si ponemos atención a esas señales, aprendemos las lecciones y llevamos una vida (más) plena y feliz. 

Conscientes o no, disfrutamos del libre albedrío. Cierto: muchas veces lo negamos, responsabilizamos a la cultura de aquello que nos sucede, de aquello que vivimos. 
A la cultura, a la situación económica, al país, a los políticos.... incluso, a la suerte. 

Sin embargo, pienso (y podría argumentarlo) que casi todo lo que vivimos, es una consecuencia de nuestras decisiones. 
Siendo directa... ¿Has descubierto la finalidad de tu existencia? 

Quizá esta pregunta nos la formulamos demasiado tarde. Quizá sea más  fácil responsabilizar a la sociedad del tipo de educación que establece, y que no nos invita a incorporar una mirada introspectiva. 
Sin duda, más fácil. Aunque no, no estoy de acuerdo. 

Hay cuestiones que particularmente considero esenciales. Tenerlas claras te aportan no solo bienestar, sino claridad y rumbo. 
¿Qué te define? ¿Qué te hace ser diferente al resto?  ¿Cuáles son tus mayores virtudes? ¿Conoces tus puntos débiles? ¿Qué le da rumbo y dirección a tu vida? 
Y lo más importante, ¿eres feliz? ¿eres plenamente feliz? 

Quizá la felicidad (que es un concepto muy subjetivo) tenga que ver con el equilibrio que guardan entre sí las esferas que componen tu vida. 
Quizá tenga que ver con hacer aquello que haces cada día, elegido o no, bien hecho
Quizá tenga que ver con tener aquello con lo que disfrutas y con disfrutar aquello que tienes. 
Quizá tenga que ver con sentir satisfacción con aquello que haces y tienes. Ese "sentir satisfacción" implica saber quién eres y estar de acuerdo con la respuesta. Implica saber los motivos por los que haces aquello que haces, y estar de acuerdo con ello. 

¿Y si te concedes 15 minutos, sin nada ni nadie que te moleste? Deja que tu mente divague, deja que se libere y que se disperse. Obsérvala, simplemente obsérvala:
¿Qué hace? ¿Qué dice? ¿Qué calla? 
¿Qué tipo de verbos usa? 
¿Qué tono emplea?
¿Qué emociones despierta en ti? 


Te invito a reflexionar sobre ello periódicamente. Te sorprenderán tus respuestas. 






Tus innegociables

¿Corres detrás de la felicidad? ¿Parece que la rozas pero se te escapa? Todas las personas tenemos unos mínimos innegociables que nos hacen ...