¿Has tenido alguna vez un compañero/compañera en el trabajo que te menospreciaba porque se sentía superado por ti?
¿Alguna vez has brillado más que un compañero/compañera y has sentido cómo ést@ ha tratado de dañarte de algún modo?
No es imaginación, es el síndrome de Procusto, y se lo aplicamos a aquellas personas que, normalmente por ser inseguras o no haber desarrollado sus competencias socio-emocionales, tienen miedo de que otras personas brillen más que ellas y decidan apagar su brillo al precio que sea.
Son personas que actúan bajo el miedo, jugando a no perder, y acaban viviendo estancadas en la mediocridad, impidiendo que quienes les rodean avancen.

¿Cómo detectamos a una persona con Síndrome de Procusto?
✅Son personas inseguras, se sienten amenazad@s por cualquier persona que pueda superarles o que ell@s crean que pueden superarles.
✅Les mueve el miedo a perder su estatus, su posición jerárquica. Es por ello que habitualmente están alerta (el estado de alerta está íntimamente ligado al miedo) e intentan adelantarse a quién consideran rival, si bien no suelen tener herramientas para "hacer frente" a su rival, de ahí que intensifica el temor y sus comportamientos son cada vez más reactivos.
✅Les mueve el miedo a perder su estatus, su posición jerárquica. Es por ello que habitualmente están alerta (el estado de alerta está íntimamente ligado al miedo) e intentan adelantarse a quién consideran rival, si bien no suelen tener herramientas para "hacer frente" a su rival, de ahí que intensifica el temor y sus comportamientos son cada vez más reactivos.
✅Además, como no quieren que nadie les eclipse, intentan acaparar todo proyecto o propuesta de trabajo, pese a carecer de recursos, preparación suficiente o incluso tiempo. Todo para que otr@s no lo hagan y brillen más que él/ella.
✅Son personas poco creativas, rígidas y que temen el cambio, con dificultades para trabajar en equipo.
Gerencias, responsables de equipo, equipos de coordinación o cualquier persona responsable de otras personas debe rodearse de profesionales que enriquezcan, que aporten, que sumen, que sean más creativos, ingeniosos, con otras habilidades que completen el equipo.
Sin embargo hay quién teme contratar a personas brillantes por temor a verse (y sentirse) superad@.
Si rascamos, averiguamos que tras ese temor se esconde el miedo, el cual solo podemos combatir con el desarrollo de las propias competencias emocionales: re-conocimiento de habilidades personales, aumento de la confianza, mejora de las habilidades comunicativas y una permanente actualización de las competencias técnicas.
Sólo así podrá florecer otra esencia, la mayoría de las veces envuelta en capas y capas de miedo y creencias nada constructivas.
Sólo así podrá florecer otra esencia, la mayoría de las veces envuelta en capas y capas de miedo y creencias nada constructivas.
Si bien estas fórmulas puedan parecer (incluso ser) arriesgadas, el auténtico riesgo y máximo peligro no es otro que situarse en la mediocridad.