Cuando las reglas cambian... no queda más que aprenderlas para seguir jugando.
Ya han cambiado las reglas del juego, las reglas del éxito, las formas de trabajar, de relacionarse, de organizarse. Han cambiado los riesgos (y no hablo de los riesgos sanitarios), las competencias y las habilidades que necesitamos para seguir jugando. Y por supuesto y sin dudarlo, ha cambiado la forma de liderar y autoliderarse.
Si antes pasaba desapercibido, ahora está más presente. Tu juego mental. Quizá ahora puedas verlas... tus propias cadenas. Tus propias trampas, tus propios frenos.
Nada más potente como mirarte a ti mism@, a tu interior, y verte, como para seguir mirando o desear desviar la mirada. ¿A qué grupo perteneces, al que desafía la mirada o al que la evita?
Si perteneces al segundo grupo... no podremos compartir mucho más, aunque mi puerta para que te adentres en el primero siempre estará abierta. Sin embargo, si perteneces al primer grupo ...
... sabes o deduces que el rol de profesionales, trabajadores y directivos ha cambiado. Las habilidades que necesitamos potenciar han cambiado. Sea cual sea tu posición. Sea cual sea tu profesión.
Las personas nos movemos permanentemente entre el sentir y el pensar. Ambos son simultáneos y se interfieren para bien o para mal constantemente.
Cuando aprendes a tamizar la emoción a través del filtro de la cognición pero sin perder su esencia, felicidades. Tus emociones son tus aliadas.
El deporte nos da la visión más cristalina del poder de nuestras competencias emocionales. Podemos girar un resultado aparente tanto si jugamos individualmente como si lo hacemos en equipo. Depende del diálogo mental, de tu actitud, de cómo quieras enfocar y dónde enfoques. Es cierto que hay un pequeño porcentaje de sucesos que escapan a tu poder, cierto, frente a un mayor porcentaje que sí puedes controlar y modular.
Y llegados a este punto podemos ver cuatro escenarios:
- Sabes y quieres. Luego entonces, puedes.
- No sabes, pero quieres. Luego entonces también puedes.
- Sabes, pero no quieres. (No haré comentarios)
- No sabes y no quieres saber. Entonces sólo podré añadir "Hasta luego cocodrilo"
Toda experiencia está compuesta, entre otras, de un componente cognitivo, un componente subjetivo y un componente fisiológico.
A nivel cognitivo haremos una valoración (más o menos próxima a la realidad) de la experiencia en cuestión.
A nivel subjetivo y en función de nuestra educación, experiencias vitales, sociedad, cultura, tradiciones y desarrollo personal, haremos una valoración que junto con la valoración cognitiva,será tan rápida que no seremos capaces de darnos cuenta del resultado.
Y a ello tendremos que sumarle el componente fisiológico de la experiencia, altamente influenciado por los anteriores, además del componente emocional que hasta ahora no te lo he nombrado.
Simultáneamente a todos los procesos que te menciono, la amígdala cerebral entra en juego, poniendo sobre la mesa toda la carga emocional de las vivencias y lo que éstas nos han enseñado, obligándonos a elegir irremediablemente entre tres únicas opciones: enfrentamiento a la situación, huida de la situación o bloqueo ante la situación.
Simultáneamente a todos los procesos que te menciono, la amígdala cerebral entra en juego, poniendo sobre la mesa toda la carga emocional de las vivencias y lo que éstas nos han enseñado, obligándonos a elegir irremediablemente entre tres únicas opciones: enfrentamiento a la situación, huida de la situación o bloqueo ante la situación.

Siempre, absolutamente siempre nos vemos obligados a elegir entre una de estas tres opciones. No hay cuarta. Podrás jugar tus mejores cartas. Podrás poner en marcha tu mejor estrategia. Pero siempre, insisto siempre, será en función de la elección.
Ahora la cuestión es si esa elección es o no es consciente y si tu estrategia es realmente la mejor estrategia ...
Como ejemplo, y con su permiso, Estela Francés, deportista profesional, te puede contar cómo ser consciente de sus propios juegos mentales pueden cambiar el resultado de un torneo.

Entrar en pista con una actitud óptima, afrontar los resultados adversos, los malos golpes con actitud empoderada, consciente y realista es clave para que el resultado sea la consecuencia del esfuerzo aplicado en los entrenamientos.
Sabemos que el azar juega, en menor medida, pero también juega. Por eso es tan importante que el entrenamiento sea como mínimo del 100%, la actitud positiva, realista y con mucho power, y por supuesto el juego en pista como si fuera el último de tu vida.
Como ejemplo, y con su permiso, Estela Francés, deportista profesional, te puede contar cómo ser consciente de sus propios juegos mentales pueden cambiar el resultado de un torneo.

Entrar en pista con una actitud óptima, afrontar los resultados adversos, los malos golpes con actitud empoderada, consciente y realista es clave para que el resultado sea la consecuencia del esfuerzo aplicado en los entrenamientos.
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Sabemos que el azar juega, en menor medida, pero también juega. Por eso es tan importante que el entrenamiento sea como mínimo del 100%, la actitud positiva, realista y con mucho power, y por supuesto el juego en pista como si fuera el último de tu vida.
Así, jugando con los componentes que sí dependen de ti, podrás alzar, triunfante, el premio.